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MUERE WANGARI MAATHAI


El planeta llora la muerte de Wangari Maathai, 
un 'icono medioambiental'

Wangari Maathai

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El fallecimiento de la ecologista y activista social keniana Wangari Maathai, primera mujer africana en obtener el Premio Nobel de la Paz, en 2004, ha entristecido a defensores del medio ambiente y políticos de todo el planeta, quienes la consideraban "un icono del movimiento medioambiental".

El Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), con sede en Nairobi, lamentó la muerte de "una fuerza de la naturaleza" que "movilizó a las comunidades para debatir sobre conservación y desarrollo sostenible". El director ejecutivo del PNUMA, Achim Steiner, aseguró que Maathai fue "una gran amiga y un icono del movimiento medioambiental" y que "su trabajo y su visión vivirán en los millones y millones de personas que escucharon su voz y se remangaron para diseñar y definir un futuro mejor para todos".

La presidenta del Consejo de Administración del PNUMA, la ministra española de Medio Ambiente, Rural y Marino, Rosa Aguilar, indicó que la muerte de Maathai es "una gran pérdida para conseguir el objetivo de un desarrollo sostenible en el planeta y la lucha por los derechos de la mujer, la democracia y la paz".

En un comunicado, Aguilar elogió la labor de la ecologista keniana "a favor del desarrollo sostenible y la preservación de los recursos naturales, así como su compromiso con los derechos de la población, especialmente en África".

Para el Movimiento del Cinturón Verde (GBM, en inglés), fundado por Maathai en 1977, la muerte de la activista es "una gran pérdida para todos los que la conocían" y para quienes "admiraban su determinación para hacer un mundo más pacífico, más sano y un lugar mejor", reza un comunicado publicado en su página web.

Además, la Fundación Nelson Mandela, dedicada a continuar el espíritu del Premio Nobel de la Paz de 1993, dijo a través de un comunicado publicado en internet que la activista keniana "ha dejado una herencia duradera sobre la conciencia y el trabajo en la protección del entorno".

Otro sudafricano galardonado con el Premio Nobel de la Paz, el arzobispo Desmond Tutu (en 1984), dijo que Maathai fue "una auténtica heroína africana" que comprendió "el lazo indisoluble entre la pobreza, los derechos y la sostenibilidad medioambiental", según la Agencia de Prensa de Sudáfrica (Sapa).

Por su parte, el Gobierno de Kenia reconoció que la muerte de Maathai es "una gran pérdida para el país, para África y para todo el planeta" ya que hizo que "el mundo entendiera que el agua, los árboles y la protección del medio ambiente ayudan a alcanzar la paz". Así, "nos enseñó a todos la importancia de respetar al planeta. Su dedicación y sus esfuerzos son una guía a imitar por millones de personas", señaló el portavoz del Ejecutivo keniano, Alfred Mutua, en un comunicado. La muerte de Maathai "deja un hueco que será difícil de llenar".

Desde Nueva York, donde asiste a la Asamblea General de las Naciones Unidas, el presidente de Kenia, Mwai Kibaki, lamentó la pérdida de "no sólo una renombrada ecologista, sino también una gran cruzada de los derechos humanos", según la edición digital del rotativo local 'Daily Nation'.

Su homólogo tanzano, Jakaya Kikwete, recordó a la fallecida a través de su cuenta en Twitter, en la que escribió que Maathai era "una gran mujer, inspiración para muchas mujeres africanas" y "la personificación del coraje".